En sus salmos, el rey David describe con frecuencia las virtudes que los creyentes deben cultivar. Dios quiere que busquemos cada vez más la veracidad, la justicia y la honestidad. Para desarrollar y mantener un espíritu de integridad, necesitamos...
Basar nuestras creencias en las Sagradas Escrituras. Nuestras prioridades deben fluir desde nuestra posición como hijos de Dios (2 Co 6.18). Debemos alinear nuestro pensamiento con su Palabra.
Someternos al Señorío de Cristo. Dios nos manda a negarnos a nosotros mismos y a seguirlo (Mr 8.34). Comprometernos con Él nos ayudará a resistir la tentación y a buscar la justicia.
Crear relaciones con personas que valoren la vida piadosa. La influencia de cristianos maduros fortalece nuestra dedicación y obediencia al Señor.
Reconocer nuestros errores. Todos fallamos en algún momento. Como creyentes, debemos confesar cualquier pecado conocido a Dios (1 Jn 1.9) y apartarnos de la conducta equivocada. También puede ser necesario pedir perdón a otras personas.
Dios ha enviado su Espíritu Santo para enseñarnos cómo buscar la rectitud. Pídale que le ayude a parecerse más a la persona descrita en el Salmo 15.
BIBLIA EN UN AÑO: EZEQUIEL 20-22