¿Alguna vez se ha preguntado por qué Dios nos creó con una necesidad constante de lo básico para vivir, cuando podría habernos diseñado para no necesitar nada? ¿Qué lecciones quiso enseñarnos?
Contexto
A lo largo de la historia, la preocupación por tener lo suficiente ha sido común. Desastres y guerras han amenazado las necesidades básicas, y muchas comunidades, en especial agrarias, reconocían su vulnerabilidad. Pero cuando la comida abunda, podemos olvidar que Dios es nuestro Proveedor. Incluso al orar: “El pan nuestro de cada día, dánoslo hoy” (Mt 6.11), ¿reconocemos de verdad a Dios como nuestra única fuente de provisión diaria?
Ilustración por Sarah Cliff
Lea
Deuteronomio 8.1-20
Reflexione
Este pasaje está lleno de recordatorios de la gran misericordia del Señor durante los años en el desierto, pero también deja claro que Israel debía obedecer sus mandamientos.
Después de salir de Egipto, los israelitas dependían del maná que Dios les daba. Sin embargo, algunos aún no confiaban en Él (Ex 16.11-30). Intentaron almacenar maná, a pesar de que Dios ordenó recoger solo lo necesario para el día; otros no recogieron el doble antes del día de reposo, como Él había indicado. A pesar de la provisión constante y generosa, dudaron de Dios y hasta se quejaron del maná (Nm 11.5, 6). ¿Hay alguna bendición tangible en su vida que a veces no aprecia o incluso critica?
La llegada a la Tierra Prometida trajo un nuevo desafío de fe. Dios prometió abundancia si el pueblo obedecía, pero también advirtió que la prosperidad podía hacer que se volvieran orgullosos y se olvidaran de Él, al creer que sus riquezas era fruto de su esfuerzo. ¿Cómo mantener a Dios en el centro cuando es tan fácil pensar que nos podemos valer por nosotros mismos?
Así como el desierto nos enseña a confiar en Dios para la provisión diaria, la Biblia también muestra que planificar a largo plazo requiere fe. En Génesis 41.14-57, José obedeció a Dios al almacenar alimentos para una nación, y otros pasajes de la Biblia destacan la importancia de proveer para el hogar. La verdadera prueba de fe podría estar en la motivación: ¿Confía usted en que Dios es la fuente de provisión, o acumula por ansiedad o codicia?
Continuación del estudio
El Señor mismo habló con sus discípulos sobre el temor a la escasez.
Lea Lucas 12.13-21. La parábola enseña que ninguna preparación material garantiza seguridad. Tener bienes no es el objetivo; lo importante es acumular tesoros en el cielo. Creer esta verdad nos anima a dar con generosidad. Piense en una ocasión en que se le pidió dar: ¿qué sintió en ese momento?
El Señor Jesús nos llama a confiar en la provisión de Dios, pero no es una fe ciega. En Lucas 12.22-31, al mencionar los cuervos que Él alimenta y los lirios que viste, nos señala pruebas visibles de su cuidado. ¿Qué situaciones en su vida le han mostrado con claridad lo que Dios le ha “añadido”?
Dios transforma nuestra manera de pensar. Considere que “muchos primeros serán postreros” (Mt 19.30) o que la verdadera grandeza se halla en servir (Mt 20.26). En Lucas 12.31, 32, el Señor Jesús nos llama a buscar primero el reino, incluso antes que nuestras necesidades diarias. ¿Cómo mantener el enfoque en lo eterno nos ayuda a poner en perspectiva nuestras demás necesidades?
Reflexione
Nuestro cuerpo nos enseña lecciones sobre Dios, el mundo y nosotros mismos.
Aunque tener lo necesario nos da seguridad, la verdadera seguridad solo está en el Señor.