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Del corazón del pastor

Dios tiene la solución perfecta para todos nuestros deseos y necesidades.

Nada es más satisfactorio que disfrutar de la cercanía de nuestro Padre celestial.  

Aun así, la vida puede apartarnos de lo que sabemos que es verdad. Nuestros anhelos de consuelo, significado y relaciones satisfactorias nos son dados por Dios. Pero solo pueden ser completos en Él y a través de Él. Y eso, como tantas otras cosas, nos lleva de nuevo a la oración.  

He aquí algunas ideas del Dr. Stanley, quien modeló su vida de oración a partir de lo que nos enseña la Biblia sobre la conexión con Dios.


¿Le gustaría disfrutar de una relación más cercana con Dios?  

Una experiencia más rica con el Señor comienza explorando cómo el Señor Jesús nos enseñó a orar. Hablar con el Padre y descubrir cómo escucharlo, transformará su vida por completo. 

Cuando el Señor Jesús se preparaba para dejar a sus discípulos y regresar a su Padre, les dio algunas instrucciones de último momento para animarlos.  

“En aquel día no me preguntaréis nada. De cierto, de cierto os digo, que todo cuanto pidiereis al Padre en mi nombre, os lo dará. Hasta ahora nada habéis pedido en mi nombre; pedid, y recibiréis, para que vuestro gozo sea cumplido” (Jn 16.23, 24). 

Está diciendo que esta es la manera de orar: cuando vayas al Padre, pide en mi nombre. ¿Qué significa orar en el nombre de Jesús? No es solo añadir esta frase al final de sus oraciones. No se trata de una mala práctica, pero el Señor Jesús estaba enfatizando el significado detrás de la frase más que las palabras en sí mismas.  

Quiero darle tres ideas para ayudarle a apreciar lo que significa orar en el nombre del Señor Jesús. 

En primer lugar, Jesucristo es nuestro acceso al Padre.  

Así es como una persona pecadora puede acercarse al Dios santo.  

“En aquel día pediréis en mi nombre; y no os digo que yo rogaré al Padre por vosotros, pues el Padre mismo os ama, por- que vosotros me habéis amado, y habéis creído que yo salí de Dios” (Jn 16.26, 27). 

Los discípulos descubrieron que ya no eran siervos, sino amigos de Cristo. Lo mismo ocurre con nosotros. No acudimos como mendigos al Padre; nos acercamos a Él con valentía y confianza, anticipando su impresionante respuesta a nuestras oraciones en el nombre del Señor. 

La segunda idea es el acuerdo 

Con esto me refiero a estar de acuerdo con la voluntad del Padre. Cuando usted pide en el nombre del Señor Jesús, usted está diciendo: “Padre, te estoy pidiendo que hagas lo que sabes que es mejor. Tú sabes lo que necesito”. Incluso mirando a la muerte a la cara en Getsemaní (Mt 26), el Señor Jesús pidió de manera directa, pero con humildad, de acuerdo con lo que Dios quería hacer a través de Él. 

Pero, ¿cómo podemos conocer la voluntad de Dios? El medio principal es la Biblia.  

Cristo dijo: “Si permanecéis en mí, y mis palabras permanecen en vosotros, pedid todo lo que queréis, y os será hecho” (Jn 15.7).  

Para tener una vida de oración eficaz, debe invertir su tiempo y esfuerzo en conocer la Palabra de Dios para que permanezca en usted. También cuenta con el Espíritu Santo, que le guía a la verdad.  

“Y de igual manera el Espíritu nos ayuda en nuestra debilidad; pues qué hemos de pedir como conviene, no lo sabemos, pero el Espíritu... conforme a la voluntad de Dios intercede por los santos” (Ro 8.26, 27).  

Puesto que Él da solo lo mejor, puede confiar en Dios incluso cuando la respuesta a sus peticiones no sea la que usted esperaba o deseaba. 

La tercera idea es la seguridad de que recibiremos justo lo que necesitamos. En este caso, acudimos a Dios con la plena confianza de que nunca dejará de cumplir su Palabra.  

Así como Él ha respondido a sus oraciones en el pasado, continúa respondiendo, con soluciones a la medida, para sus necesidades y deseos de hoy. 

Cuando ore en el nombre del Señor Jesucristo, Dios transformará su vida de oración convirtiendo la incertidumbre en confianza y la confusión en sabiduría para conocer su voluntad.  

Recuerde estas tres palabras: acceso, acuerdo y seguridad. Si ora en el nombre del Señor Jesucristo y se somete a su voluntad, obtendrá la respuesta que necesita. Ya sea que la respuesta sea sí, no, o espera, puede confiar en que Él lo está guiando hacia su perfecta voluntad. 


Estamos agradecidos por la vida de oración del Dr. Stanley y por cómo le permitió describir tan bien la experiencia de intimidad con Dios.  

Esperamos que le haya animado ver cómo Cristo lleva a sus amigos a la presencia misma del Padre y satisface tanto nuestras necesidades como nuestros anhelos. “Deléitate asimismo en Jehová” [hoy], “Y Él te concederá las peticiones de tu corazón” (Sal 37.4). Hasta la próxima, que Dios le bendiga. 

 

Para la gloria de Dios, 

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