El apóstol Pedro sabía que a sus hermanos en la fe les aguardaban días difíciles. Por eso, les recordó la seguridad que tienen como hijos de Dios: fueron escogidos por Él, nacieron a una esperanza viva, reciben protección espiritual y tienen garantizada la eternidad con su Padre celestial (1 P 1.1-5). Luego, en los versículos 13 y 14, Pedro les ofreció instrucciones específicas para prepararse ante las pruebas venideras. Sus palabras, inspiradas por el Señor, continúan siendo una guía valiosa para nosotros hoy.
El primer punto es que nuestras creencias afectan cómo enfrentamos los problemas. Prepararnos para el futuro empieza por pensar correctamente. Confiar en que Dios nos cuida reduce el temor ante las dificultades.
Una segunda lección de Pedro es ser “sobrios” en espíritu, es decir, mantener el equilibrio en medio de las crisis. Esto implica rechazar soluciones rápidas y filosofías impías. Con la ayuda del Espíritu Santo, podemos permanecer firmes y seguir fielmente al Señor, pase lo que pase.
¿Cómo puede usted prepararse espiritualmente para lo que el futuro pueda depararle? Dedique tiempo a meditar en las palabras de Pedro, y ore por la guía y la ayuda de Dios para mantenerse firme.
BIBLIA EN UN AÑO: ROMANOS 7-9