Con profundidad y claridad bíblica, el Dr. Stanley revela que el Espíritu Santo no es un poder impersonal o abstracto, sino una Persona divina, igual al Padre y al Hijo. Este mensaje explora el papel del Espíritu en la vida del creyente como Aquel que mora en nosotros, nos da poder, nos enseña, nos convence y nos equipa para vivir en victoria.
Bosquejo del Sermón
Para muchos cristianos, la tercera persona de la Trinidad es la más misteriosa. Esta semana, el Dr. Stanley menciona pasajes de la Biblia que nos hablan del Espíritu Santo, de su poder y del propósito que tiene en nuestra vida.
Pasaje clave: Hechos 2.1-4
Lecturas de apoyo: Génesis 1.2, 26; Lucas 3.21, 22; Lucas 4.1, 14; Lucas 24.48, 49; Juan 14.26; Romanos 8.9; 15.30; 1 Corintios 2.10, 11; 12.11; Efesios 4.30
Comprender el papel del Espíritu Santo es crucial. Solo podemos tener una vida cristiana victoriosa por medio de su presencia y poder.
► “El propósito principal de la venida del Espíritu Santo es que podamos servir haciendo uso de su poder sobrenatural”.
¿Quién es el Espíritu Santo?
Es una persona, que tiene conocimiento (1 Co 2.10, 11), voluntad (1 Co 12.11), y emoción (Ro 15.30; Ef 4.30); aunque en el Pentecostés se manifestó con sonido y fuego (Hch 2.1-4).
Es parte de la Trinidad (Gé 1.2, 26).
Es la promesa del Padre (Jn 14.26; Lc 24.48, 49).
Es el poder del creyente en Cristo (Lc 24.49).
¿Cuál es la obra del Espíritu Santo?
Vive dentro de nosotros y nos separa del mundo (Ro 8.9).
Nos da convicción de pecado y nos purifica.
Nos empodera para servir a Dios (Lc 24.49).
Nos prepara para bendecir a otros.
Nos capacita para que hagamos aquello que parece imposible.
► “¿Está dispuesto a permitir que el pecado le arrebate las bendiciones que Dios ha planificado para su vida?”.
Alcanzamos nuestro máximo potencial solo por medio del poder del Espíritu Santo:
La pureza del corazón y el poder del Espíritu Santo son inseparables.
Jesucristo fue bautizado y lleno del Espíritu Santo antes de ser tentado (Lc 3.21, 22; Lc 4.1, 2). Su llenura del Espíritu estaba relacionada con su pureza perfecta.
Obrar bien en la carne no es lo mismo que andar en el Espíritu.
El Espíritu Santo da resultados eternos a nuestra obra para Dios.
Tenemos que ser sabios y rechazar la tentación de sacrificar lo mejor que el Señor desea darnos a cambio de algo efímero.
Debemos permitir que el Espíritu nos purifique y nos llene.
Después de ver el sermón
¿Está usted habituado a pensar en el Espíritu Santo como si fuera una persona? Si es algo que se le dificulta, trate de escribirle una carta, como si compartiera sus sentimientos con uno de sus amigos; pues eso es lo que Él es en realidad.
El Dr. Stanley nos desafía a buscar la pureza por encima de todo, con tal de que podamos ser llenos del Espíritu de Dios. ¿Hay algo que estorba la obra del Espíritu Santo en su vida? Pídale al Señor que le ayude a despojarse de cualquier pecado que no le permita disfrutar de sus bendiciones.
