Dios está consciente de las necesidades de sus hijos y se encargará de todas ellas a su manera y en su tiempo. Pero de vez en cuando puede ser tentador querer ir por nuestro propio camino, quizás para acelerar un resultado deseado. Sin embargo, es esencial no adelantarnos a Dios ni seguir una ruta que nos aleje de Él.
Algunas personas piensan que su seguridad está en las cuentas bancarias, el prestigio, las relaciones o las propiedades (Sal 20.7). Pero no es así (Mt 6.19-21). Solo cuando basamos nuestra vida en la seguridad que encontramos en Cristo tendremos paz tanto en la mente como en el corazón.
Satanás quiere que dependamos de nosotros mismos, y nos apartemos de Dios. Engañó a Adán y Eva, al sugerirles que él daba información mejor que el Creador. Cambiaron la verdad por mentira, con graves consecuencias. Si dejamos que pensamientos errados guíen nuestras acciones, también podemos enfrentar grandes problemas.
Es importante tener una comprensión clara de todas las cosas buenas que hemos recibido a través de nuestra relación con el Señor Jesús. Aprender a depender de Él nos ayudará a evitar enfoques equivocados para obtener lo que necesitamos.
BIBLIA EN UN AÑO: HABACUC 1-3
