Pablo demostró el poder de la paciencia cuando fue llevado a juicio ante Festo. En lugar de permitir que las falsas acusaciones de sus adversarios afectaran su tranquila actitud, el apóstol enfrentó con paciencia el proceso legal mientras permanecía fiel al Señor (Hch 25.6-12).
De igual forma, todos debemos buscar a Dios en las dificultades, en especial si somos impulsivos. Podemos pedirle que tome control de...
Nuestros pensamientos. Es fundamental apartar nuestra atención de la circunstancia y enfocarla en el Señor. Su Espíritu nos ayudará a tener la perspectiva correcta.
Nuestras emociones. Cuando el Espíritu Santo guía nuestros sentimientos y reacciones, nos volveremos más apacibles y podremos responder de una manera piadosa.
Nuestras palabras. Orar por el control de nuestra lengua es una parte importante para ser un buen testimonio en momentos de estrés u hostilidad (Pr 15.18).
El Espíritu Santo responde nuestras oraciones y nos da lo que necesitamos, como hizo con Pablo. Aunque enfrentó injusticias, Pablo no se alteró. Imagínese lo que Dios hará en usted al volverse más paciente.
BIBLIA EN UN AÑO: JEREMÍAS 15-17