El Dr. Stanley enseña que la vida cristiana está diseñada para ser fortalecida por el Espíritu de Dios. Basándose en Efesios 5, explica que ser llenos del Espíritu Santo no es un evento único, sino un proceso continuo de entrega, purificación y anhelo espiritual. Este proceso transforma a creyentes comunes en testigos poderosos del evangelio.