A veces ignoramos límites sabios, pero un compañero de rendición de cuentas piadoso puede compartir sabiduría para ayudarnos a evitar esos errores. Este tipo de relación tiene beneficios valiosos:
Dirección más clara. Ser francos acerca de nuestras faltas y fracasos nos llevará a buscar el buen consejo y ánimo.
Mayor integridad. Si debemos rendir cuentas a alguien, es más probable que vivamos de manera transparente (Pr 10.9).
Mejor mayordomía. Ser responsables del uso de nuestro dinero, tiempo y talentos nos lleva a administrar esos recursos con más cuidado.
Defensa contra los excesos. Como creyentes, somos libres en Cristo, pero un compañero de rendición de cuentas nos ayuda a mantener el equilibrio y a procurar vivir con rectitud.
Evaluación personal saludable. Otra persona puede a menudo señalar lo que no podemos ver en nosotros mismos.
Protección contra malas relaciones. Si tenemos a alguien que nos ayude a considerar con quién pasar tiempo, es más probable que evitemos situaciones problemáticas.
¿Tiene a alguien sabio con quien hablar? Si no, considere invitar a un cristiano de confianza para desempeñar ese papel. Este paso revela un corazón que anhela agradar a Dios.
BIBLIA EN UN AÑO: DANIEL 7-9