¿Se ríe Dios? Y si es así, ¿está bien que nosotros también nos riamos con Él? Quizás ¡No! Ya que la Biblia lo describe como santo y digno de todo honor, podríamos suponer que la respuesta adecuada es la adoración reverente. Sin embargo, Él también nos ordena que nos regocijemos. Resulta que hay bastante risa en la Biblia, y es probable que a nuestro Padre celestial le gustaría escuchar reír a sus hijos más a menudo.
Ilustración por Sol Cotti
Contexto
Al describir el impacto de Dios, los salmistas dicen básicamente: Estábamos desesperados, pero luego recordamos la presencia y la obra de Dios en nuestras vidas. ¡Ahora estamos tan jubilosos que no podemos dejar de bailar y cantar!
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Reflexione
¡Sería extraño cantar y bailar con exuberancia y no reír! Dios quiere que su presencia nos llene de alegría.
A lo largo de la Biblia, vemos la mano de Dios restaurando y rescatando a su pueblo. En el Salmo 30, David testifica que después de estar en las profundidades, es levantado; su lamento se ha convertido en baile, y en lugar de vestir cilicio, está “ceñido... de alegría” (Sal 30.11). ¿Ha experimentado usted un cambio del llanto a la alegría? Describa la experiencia de tener emociones opuestas, una después de la otra.
Por supuesto, hay más de una manera de reír. La Biblia habla de la risa negativa, como la de burlarse de Dios o de sus seguidores y la de celebrar las victorias injustas (Neh 2.19). Pero incluso en este caso, la situación cambió. Sara rió con incredulidad ante la idea de un embarazo en su vejez (Gn 18.12), pero meses después rió de nuevo, esta vez con placer, cuando nació su hijo (Gn 21.6). ¿Qué tipo de cosas pueden hacer que una risa de burla se vuelva positiva?
La progresión del salmista del sufrimiento al canto se refleja en Eclesiastés, que reconoce que la vida incluye momentos para llorar y momentos para reír (Gn 3.4). De hecho, la risa y la tristeza pueden llegar juntas.
Continuación del estudio
Al venir al mundo, Cristo no lo hizo para condenarlo, sino para salvarlo y traer gran gozo.
Mire los anuncios sobre el nacimiento de Cristo que se encuentran en los evangelios. La recién embarazada María empezó a cantar, y sus palabras nos recuerdan los salmos que alababan a Dios, por convertir los tiempos difíciles en buenos (Lc 1.46-55). Los ángeles dijeron a los pastores que el nacimiento del Señor era una noticia que traería gozo a todo el pueblo (Lc 2.10). Y después de ver la estrella, los magos “se regocijaron con muy grande gozo” (Mt 2.10).
Los relatos bíblicos muestran que Dios no quiere que lo obedezcamos por temor. Su deseo es bendecirnos con la salvación y su presencia, y escuchar una respuesta de deleite absoluto.
El Señor Jesús y los escritores de las epístolas nos exhortaron a regocijarnos incluso en las dificultades (Mt 5.11, 12; Stg 1.2) porque sabían que Dios estaba presente y obrando en todas las situaciones. ¿Qué ha descubierto en los tiempos de adversidad en los que Dios se encontró con usted?
Reflexione
En su santidad, Dios nos invita a adorarlo de manera sincera, algunas veces expresando incluso risa o baile con deleite incontenible.
• Cuando la vida incluye temporadas de sufrimiento, pérdida y dolor, podemos y debemos adorar con reverencia, así como lamentarnos. Pero Dios siempre nos encuentra, guiándonos hacia su redención y bendición. Aunque no podamos encontrar hoy las fuerzas para reír con Él, tenemos la certeza de que un día estaremos llenos de gozo en su presencia.