El Dr. Stanley explica que nuestra capacidad para orar con confianza se fundamenta en nuestra relación con Cristo y está estrechamente ligada a la voluntad del Señor. Al acudir a la Palabra de Dios, escuchar al Espíritu Santo y mantener un espíritu humilde y obediente, podemos profundizar nuestra relación con Él y aprender a discernir su voluntad. Así, podremos esperar respuestas a nuestras oraciones con seguridad y gozo.